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Taxco, orgullo de la orfebrerí­a mexicana

La ciudad de Taxco es uno de los lugares más pintorescos del México colonial. Al visitarla por primera vez sorprende su singular fisonomí­a, ya que se encuentra enclavada en las faldas del cerro del Atachi, atravesada por una serie de cañadas y rodeada de grandes montañas.

La majestuosa belleza de Santa Prisca, orgullo de los taxqueños y uno de los templos más relevantes de América, contrasta con la sencillez del caserí­o de blancos muros y rojas techumbres. Su nombre lo tomó del pueblo prehispánico Tlachco, “lugar del juego de pelota”.

En 1528 se estableció en el poblado de Tetelcingo un campamento minero que junto con los de Cantarranas y Tenango llegaron a formar hacia 1570 el Real de Minas de Taxco. La explotación de sus ricas vetas lo convirtieron en uno de los centros mineros más importantes de la Nueva España.

De aquellos tres campamentos sólo el de Tetelcingo logró transformarse hasta el siglo XVIII en una singular población: el Taxco actual. La ciudad de Taxco surgió como centro minero y creció como sitio de caracterí­sticas arquitectónicas únicas. En siglo XVIII esta ciudad recibió a don José de la Borda, originario de la región lí­mite de Francia y España de los Pirineos, quiez hizo surgir la industria minera.El aspecto de Taxco actual es casi obra de don José de la Borda, quien le dio a Taxco el aspecto panorámico.

Su obra más grande fue la construcción del templo de Santa Prisca. Otro personaje importante en el desarrollo de Taxco como centro de orfebres fue William Spratling, quien llegó a la ciudad colonial en 1931 y gracias a su capacidad de diseñador, combinado con la habilidad de los taxqueños desarrolló una de las artesaní­as más admiradas en el mundo.

La ciudad de Taxco de Alarcón ha conservado su aspecto colonial, destacan sus antiguas construcciones y la peculiar traza urbana con sus retorcidas calles empedradas y sin banquetas. El visitante puede apreciar hermosos y pintorescos rincones, junto con las numerosas terrazas las macetas esta población abiertas al paisaje y rebosantes de 1990 flores multicolores.

Esta ciudad colonial se encuentra en el extremo norte del estado de Guerrero, colindando con los estados de México y Morelos. La zona está configurada por un conjunto de cerros y montañas que constituyen la sierra de Taxco. El clima es templado con veranos cálidos y las noches de diciembre y enero suelen ser frescas.

Uno de los atractivos turísticos es la Catedral de Santa Prisca. Don José de la Borda, de origen francés y radicado en Taxco, mandó construir la Catedral de Santa Prisca como una forma de agradecer a Dios la fortuna que habí­a logrado con la explotación de la plata. Durante una crisis económica De la Borda vendió el templo a la Catedral Metropolitana.

La catedral de Santa Prisca se empezó a construir en 1748 y se concluyó el 3 de septiembre de 1758. Fue consagrado el 11 y 12 de mayo de 1759 por don Manuel Antonio Rojo de Lubián y Vieyra, delegado del arzobispo de México.

Se tiene conocimiento de que el artí­fice de esta magna obra arquitectónica fue don Cayetano de Zigüenza, según dato que obra en el Archivo General de la Nación. En el Archivo interior hay soberbios retablos churrigueresco dorados y pintados, ejecutados con arte por don Vicente de Balbás, cuenta además con magní­ficas obras pictóricas de don Miguel de Cabrera y un órgano cuya maquinaria fue elaborada en España.

Fuente: Mytravel

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