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Alisma De León

Nacida en Reynosa, Tamaulipas el 27 de Septiembre de 1974. Egresada del Tecnológico de Monterrey. Cuentista con título de Licenciada en Mercadotecnia. Amante  de las letras y el oficio.

Conoce más acerca de ella y sus “Mariposas”

LM.-Si te dijeran que describieras a Alisma de León ¿cómo lo harías?

A.- Como una persona inquieta. Muy inquieta. Siempre estoy metida en un millón de cosas distintas que me mantienen constantemente exhausta, pero eso es lo de menos. Me parece que probar nuevas actividades o perfeccionar las que ya realizas es vital. Tenemos tan poco tiempo, si lo malgastamos y no lo intentamos, nunca sabremos quiénes somos o de qué éramos capaces.

LM.- Cuéntanos cómo y hace cuánto nacieron tus ganas por escribir.

A.-Nacieron hace muchos años, pero como algo esporádico, sin mucha forma. Siempre me he considerado lectora, por lo que nunca me planteé la escritura como algo que podría hacer. Fue hasta que leí algunos libros cuyo desarrollo no me acababa de convencer, que pensé que quizá podría escribir una historia y así decidir su curso. Entonces fue que comencé a escribir con mayor orden.

LM.- ¿Qué fue lo primero que escribiste, y te gustó?

A.- Si nos vamos a mi adolescencia, y sin tomar en cuenta los diarios que llevaba de niña, de lo primero que tengo memoria es de unos poemas que escribí a causa de la vida amorosa de algunas amigas. Cuando eres joven piensas que los sentimientos que experimentas, y que experimentan quienes te rodean, nunca serán más fuertes. La adolescencia es una época intensa y complicada. En su momento me gustaron; hace algunos años que los releí, no me gustaron nada. Pero nada, nada, en lo absoluto.

LM.- ¿Qué lecturas te han influido más?

A.-Me formé como lectora con Louisa May Alcott y sus Mujercitas. También me gustaban mucho las hermanas Brontë, en especial Emily Brontë y aquellas Cumbres Borrascosas. Aunque tampoco puedo dejar atrás a Anne Frank con su Diario. Obviamente existen otros escritores más recientes que admiro y cuyas lecturas me han influenciado, entre ellos puedo mencionar a Javier Marías, Elena Garro y, recientemente, Alice Munro.

LM.- ¿Cuál fue el primer libro que leíste?

A.- Bueno, creo que esta pregunta puede contestarse con algo de la anterior. El primer libro que leí, o al menos el primero recuerdo, fue Mujercitas de Louisa May Alcott.

LM.- ¿Cómo se supera la falta de inspiración?

A.- Haciendo cualquier otra cosa. Lo que sea. Se puede leer un libro, ir al cine, ver una serie en la televisión, salir a cenar. Las ideas toman su tiempo y no hay razón para apresurarlas, pienso. No hay de qué preocuparse, aunque tarden, siempre regresan. Claro, cuando tienes una fecha de entrega, el asunto se puede volverse estresante. Pero, incluso entonces, la idea elige su momento.

LM.- ¿Se escribe mejor en los momentos dolorosos que en los alegres?

A.-De alguna forma macabra, pienso que a veces sí. No sé si mejor, pero en ocasiones resulta más sencillo. El asunto con la felicidad es que te motiva a salir, a rodearte de gente, a brincar, a bailar, a ser feliz, pues. Y eso poco o nada tiene que ver con ese momento de aislamiento necesario para escribir. Pero eso sí, también hay historias, diálogos o personajes que con solo pensarlos te ponen de buen humor, entonces imagina nada más lo divertido que puede ser, también, sentarte a escribir.

LM.- Platícanos de  las mariposas

A.-Las mariposas, para mí, son sinónimo de libertad, cambio, evolución. Me parecen encantadoras y maravillosas en su propia fragilidad. También son el eje de uno de mis cuentos (aunque ahí se utiliza como metáfora de muerte). Ese cuento forma parte de una serie de cuentos englobados en un libro que, por título, lleva justo su nombre: Mariposa negra.

LM.- ¿Qué consejo darías a alumnos que estén iniciándose en el camino de la literatura?

A.-Repetiré un poco lo que siempre se dice, pero que no por decirse mucho deja de ser cierto: Les diría que leyeran mucho. Si prefieren escribir cuento, que lean cuentos; si prefieren novela, novelas. Que lean con atención para que detecten los trucos que los autores utilizan para contar una historia; esto no quiere decir que lean buscando criticar o imitar, sino que lo hagan buscando aprender. Que escriban mucho, corrijan más, que borren lo que no sirve, aunque les guste mucho, y que poco a poco descubran su forma de narrar. Pero, sobre todo, les diría que disfruten el proceso.

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