México posee una superficie total 1 964 375 km², en la cual habita una desbordante biodiversidad. De hecho, actualmente es uno de los 12 países con mayor diversidad del mundo, contando con alrededor de 200 000 especies diferentes –un total del 10 al 12 por ciento de la biodiversidad mundial–; el segundo en ecosistemas y el cuarto en total de especies. Actualmente, 2 500 especies están protegidas por la legislación mexicana; sin embargo, hay especies importantes para México que continúan desapareciendo.
Actualmente existen al menos 10 especies en peligro de extinción que podrían afectar no sólo la biodiversidad de un ecosistema, también a la cultura e historia de una región del país.
–Ajolote. Del náhuatl, axolotl, que quiere decir “monstruo de agua”, es un animal que se ha convertido en un símbolo de México. Si bien ha ganado fama por su apariencia de renacuajo y 126 dientes pequeños, lo característico del ajolote es que es capaz de regenerarse por su cuenta. En nuestros días quedan muy pocos ejemplares del ajolote en su estado natural, viviendo en los canales de Xochimilco (CDMX).
– Guacamaya roja. Es una representación del dios maya Vucub-Caquix, la cual se ha cotizado tanto por la belleza de sus colores. Es una de las dos especies de guacamayas que se encuentran en México, principalmente en los estados de Tamaulipas, Veracruz, Oaxaca, Tabasco y Campeche. Su principal población habita en las selvas húmedas de Chiapas. Sólo hay entre 20 000 y 50 000 ejemplares.
– Lobo gris mexicano. Nace ciego y sordo hasta sus 65 días, y es tan chico que tiene el tamaño de un perro mediano. Este animal era considerado mágico en México prehispánico, pues simbolizaba valentía y fuerza, vinculándose con la diosa mexica del fuego, Chantico, y la deidad canina, Xólotl. Sólo quedan 300 ejemplares.
– Ocelote. Aunque numerosos organismos internacionales se han unido para detener la caza ilegal de estos animales así como la destrucción de su hábitat. Este felino, de orígenes prehispánicos, se encuentra en el menor nivel de peligro de extinción. Habita principalmente en ambientes húmedos con la diversidad vegetal densa de Chiapas. Hay entre 800.000 y 1,5 millones de ejemplares.
– Jaguar. Siendo uno de los principales símbolos de la cultura prehispánica de México, el jaguar es el protector espiritual de los indígenas más importantes –como gobernantes, sacerdotes y hechiceros–. Es el felino más grande de América, y suele tener una fuerte presencia en regiones con mucha agua, como selvas y zonas pantanosas. Aunque el jaguar aún no está en peligro de extinción, los científicos advierten que existen pocos ejemplares y su población está disminuyendo. Hay alrededor de 15.000 ejemplares.
– Tortugas caguama. Consideradas como parte esencial de la cosmología de algunas culturas indígenas, como la maya, estas tortugas no se encuentran sólo en México, también, por ejemplo, en Japón. Suelen anidar en playas arenosas de regiones templadas y subtropicales, siendo víctimas de depredadores desde que están en el nido y se dirigen por primera vez al mar. Uno de los principales focos rojos es la caza furtiva de huevos de tortuga. Hay poco más de 60 000 hembras con capacidad de anidar.
– Manatí del Caribe. Se dice que los mayas atribuyeron a este animal el poder de predecir sequías si nadaban a contracorriente. Fue visto como un animal muy ágil y sociable, excelente nadador y con la capacidad de abrazar a otros manatíes. Su población se extiende desde Florida, en EE.UU., hasta Brasil; sin embargo ha disminuida desde que su carne comenzó a venderse como alimento. Aunque sigue siendo una especie vulnerable, en México ha comenzado a recuperarse poco a poco. Hay entre 1 000 y 2 000 ejemplares.
– Perrito llanero mexicano. Más parecido a una ardilla que a un perro, este animal habita principalmente en Saltillo, Coahuila. Su población ha caído y continúa disminuyendo pues se ha considerado una plaga para el ganado; sin embargo, su presencia en el ecosistema es importante ya que regula los recursos naturalmente disponibles. No se conoce el número de ejemplares de esta especie.
– Tapir centroamericano. Es considerado un “todoterreno”, y puede encontrarse principalmente en el sureste de México –aunque su tamaño no le impide desplazarse con agilidad en la selva, nadar y bucear–. Se cree que ha sobrevivido desde hace unos dos millones de años, no obstante su población ha recaído debido a la deforestación, transmisión de enfermedades de ganado y caza. En caso que esta especie desaparezca, muchas otras especies vegetales podrían hacerlo también. Se estima una población de 1 500 ejemplares.
– Vaquita marina. Sólo existe en México y no tiene parientes cercanos; es la especie más pequeña de la familia de cetáceos, y suele nadar a solas en aguas poco profundas. Se trata de uno de los animales más amenazados del país, pues sólo quedan alrededor de 60 ejemplares. La pesca industrial y comunitaria es su principal amenaza.