El colimense, colimota, colimeño como prefiera llamarle, es tranquilo, relajado, hospitalario, feliz. Sentado bajo la apacible sombra de una palmera en una de las tantas plazas de la ciudad, se refresca bebiendo sorbos de una fría tuba. A su alrededor, pintorescas casas adornan las calles y numerosas palmeras cocoteras se mecen al compás del dulce viento con olor a sal.
Uno de los grandes placeres de los colimeños es la cocina. Debido a lo cual numerosos platillos típicos adornan sus mesas, preparados principalmente a base de maíz, frutas, carne de cerdo, pescados y mariscos. Diversas variedades de tamales de maíz, sopes cubiertos de picadillo, de pata, de lomo o de pollo; langostinos de río preparados en caldo moyos o cangrejo moro guisado a la diabla, pozole de cerdo y el tatemado de carne de cerdo deleitan los paladares de locales y visitantes. Además, se distingue por su originalidad el cebiche colimeño y el pescado a la talla. También, los dulces postres de frutas como alfajor de piña, cocada, rollos de guayaba, plátanos deshidratados y dulces de tamarindo destacan por su rico sabor.
Para refrescarse basta con buscar un “tubero”, personaje típicamente colimeño que no duda en trepar por una palmera para bajar con lo que será el néctar que sofocará cualquier calor, la tuba. Y es que, aunque originario de Filipinas, en México el tubero es colimeño. Profesión transmitida de generación en generación, el tubero obtiene la espiga de flores de la palma de coco para preparar una refrescante y deliciosa bebida que junto con el tejuino y el bate forman parte de la tradición colimeña de bebidas naturales.
El “mariachi de arpa”, que sustituye a la tradicional trompeta por un arpa), es la expresión musical típica de los colimeños. Al compás de los sones y jarabes más tradicionales alegres danzantes y devotos festejan alguna de las muchas fiestas patronales católicas de cada comunidad. Los sones más representativos del estado son El Camino Real de Colima, Las Comaltecas, El Perico Loro, El Palmero, El Pasacalles, La Iguana de Tecomán, El Pedregal, LE Pitayero y Los Morismas.
Los tejidos de otate, de carrizo y del zopilotote construyen hermosas artesanías de gran valor artístico. Los artesanos de Suchitlán producen todo tipo de canastas y cestos que han dado a la región fama internacional.
También motivo de orgullo son las pinturas históricas del muralista Jorge Chávez Carrillo, artista colimeño dedicado a contar la historia mexicana a través de la expresión plástica. Otros pintores importantes son Gabriel Portillo y Francisco Vázquez.
Fuente: Explorando México