El Penacho de Moctezuma es una de las piezas prehispánicas más conocidas en el mundo.
Desde niños, en las aulas hemos aprendido la historia de que los españoles se llevaron esta bellísima pieza, la cual fue a parar a Austria donde aún permanece. Y más de uno de nosotros ha reclamado también que el penacho sea devuelto y regrese a México.
La historia del Penacho de Moctezuma es mucho más compleja que eso. Un documental producido por TV UNAM, y que se hizo ganador del Premio Nacional de Periodismo en 2012, reconstruye la fascinante historia de esta pieza.
A partir de este documental, que recoge los resultados de una investigación realizada por expertos mexicanos y austriacos, te compartimos algunos de los datos más sorprendentes del Penacho de Moctezuma.
La perfección
Los amantecas son los maestros del arte plumario y fueron ellos quienes crearon esta hermosa pieza, la cual combina belleza y perfección.
Para montar el penacho se emplearon dos redes tejidas con hilos de fibras agave y algodón, en los que se colocaron varillas para darle forma a la estructura, la cual permitía que el penacho se pudiera doblar, mover y manipular sin que se cayera ninguna de sus piezas.
Algunas plumas fueron amarradas con los hilos de agave y otras fueron pegadas con tzauhtli, un pegamento realizado con base en una sustancia proveniente de las orquídeas.
Las plumas del penacho pertenecen a cuatro especies: el macho de cotinga amabilis o azulejo; la espátula platalea rosada; el pájaro vaquero o pájaro ardilla, y, por supuesto, el quetzal.
El penacho tiene 1,544 piezas metálicas de oro, de las cuales 1,171 son originales; el resto fueron sustituidas por piezas de latón. En su última restauración no se pudo sustituir el latón por piezas oro, debido a que esto causaría mucho más daño a la pieza.
En el Museo Nacional de Antropología se exhibe una réplica del penacho de Moctezuma, la cual fue realizada en 1939 por el artista amanteca Francisco Moctezuma. Esta réplica conserva muchas similitudes que el original.
- Regalo para Cortés
A la llegada de los españoles, el tlatoani Moctezuma le regala a Hernán Cortés el penacho.
- Falsa corona real
Erróneamente se cree que el penacho era la corona de Moctezuma; en realidad es un quetzalapanecáyotl o tocado de plumas de quetzal. La corona del tlatoani recibía el nombre de copilli y su estructura era básicamente de metal.
- Nunca regresará a México
Aunque es un lugar común decir que el penacho debe regresar a México, lamentablemente esto no ocurrirá. En 2012 un equipo binacional de mexicanos y austriacos iniciaron una investigación profunda sobre el penacho, con la finalidad de estudiar la pieza con nuevas tecnologías y proponer un protocolo de investigación y conservación.
Una de las principales conclusiones del estudio es que el penacho no puede ser movido sin que se corra el riesgo de que se produzcan graves daños a su estructura. Las vibraciones de un avión, barco o vehículo terrestre serían muy fuertes para el penacho y no se puede construir una estructura que elimine totalmente dichas vibraciones.
- Los enemigos del penacho
El penacho está fabricado principalmente con materiales orgánicos, los cuales presentan un envejecimiento natural. Los principales factores que han deteriorado esta pieza con los cambios de temperaturas, el natural paso del tiempo y hasta los insectos. La última restauración realizada prevé darle otros 500 años de vida a esta pieza.
Su historia en Austria
El penacho llegó a Austria en 1596 como parte de la colección del archiduque Fernando II de Tirol, y permaneció más de 200 años en el palacio de Ambras.
En 1806, el penacho fue trasladado a Viena, al palacio de Belvedere, donde estuvo 60 años. En 1889 lo mueven al Museo de Historia Natural de Viena donde permanece hasta 1918; fue aquí donde el penacho fue resguardado durante la Primera Guerra Mundial.
En 1918 llega al Museo de la Etnología, lugar en el que permanece hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial, cuando el penacho y otras piezas valiosas fueron resguardadas por la Cámara del Tesoro del Banco Nacional Austriaco.
- El último viaje del Penacho
Ocurrió en 1946, justo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue exhibido en Zurich, Suiza, durante la exposición Obras Maestras de Austria. En marzo de 1947, el penacho regresó al Museo de Etnología (actualmente llamado Museo del Mundo), donde ha permanecido desde entonces.
- Cuando el penacho dejó de serlo
En 1878 el naturalista Ferdinand von Hochstetter descubrió el penacho que estaba arrumbado en una vitrina y se dio a la tarea de rescatarlo. Sin embargo, debido a que se desconocía el uso de la pieza (no se sabía qué era un penacho), se pensó que esta se trataba de una capa o un estandarte en forma de abanico, por lo que al momento de restaurarlo el penacho perdió flexibilidad y tridimensionalidad y quedó “aplastado”.
- Visita gratis el Penacho
Los mexicanos no pagan la entrada al Museo del Mundo en Viena, donde actualmente se exhibe el penacho.