Es bien conocido que no todos los amores son para toda la vida y que, muchas veces, una separación es la mejor opción para las parejas. Los mexica también conocieron el divorcio. ¿Cómo te imaginas que eran? Con el mayor orden legal posible, tal como sucede en la actualidad, pero ya te cuento.
“Si acaso se vinieren a descansar (como era costumbre entre ellos en no llevándose bien), hacían partición de los bienes conforme a lo que cada uno había traído, dándoles libertad para que cada uno se casase con quien quisiese y a ella le daban las hijas y a él los hijos; mandándoles estrechamente que no se tornasen a juntar so pena de muerte y así se guardaba con mucho rigor”.
Claro que había mucho orden, las leyes mexica y el divorcio eran algo de especial atención.
Existían dos causales de divorcio que un hombre podía solicitar: si su mujer no podía procrear, impidiendo así que la pareja dejara descendencia, y si no cumplía con sus deberes, entendiéndose que en la sociedad mexica el hombre proveía el sustento para el hogar y la mujer se encargaba de las labores de la casa y el cuidado de los niños.
Pero la mujer también podía solicitar el divorcio y las causales eran muy simples y justas: si el hombre no podía sostener su hogar o si él la maltrataba físicamente.
Una vez consumado el divorcio, ella podía contraer nupcias con quién quisiera.
Hasta aquí todo parece justo, ¿no? Sin embargo, existía una consecuencia para un divorcio en la repartición de los bienes y era que el cónyuge culpable (el que había fallado) debía cederle la mitad de sus bienes a su expareja como remuneración por los daños ocasionados.
¿Qué opinas? ¿No tienen mucho de incivilizadas las leyes mexica verdad?, como nos han hecho creer en ocasiones algunos libros o algunas personas.