Nuestra gastronomía destaca por su variedad de sabores, colores, olores y mucho más. Los cientos de platillos que podemos encontrar a lo amplio y ancho de la república, son un referente cultural y algunos son reconocidos a nivel mundial. Sin embargo, hay un protagonista: el taco.
Se cuentan muchas historias sobre su origen en el México prehispánico. Las dos más populares cuentan que Moctezuma utilizaba la tortilla como una “cuchara” para sostener la comida, la cual se preparaba sobre piedras calientes y se adornaban con cochinilla, frijoles y chile. Por otro lado, la segunda es la forma por cómo enviaban la comida a los hombres que trabajaban todo el día en el campo, envuelta en tortillas.
La palabra taco proviene del náhuatl “tlahco” que significa “mitad” o “en el medio”, haciendo referencia a su composición. En relación a la masa, la más antigua es la de nixtamal. Se dice que proviene del año 1,500 antes de Cristo y se encontró en Soconusco, Chiapas.
La primera taquiza que se documentó en la historia fue en los tiempos de la conquista española. Los banquetes eran organizados por Hernán Cortés, para sus soldados, y se basaban en platillos de carne de cerdo con tortillas.
Según Bernal Díaz del Castillo, en “Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España”, Coyoacán fue responsable de la primera taquiza. Desde aquel entonces, el taco se convirtió en el platillo base, el cual era degustado por todas las zonas de la Conquista.
A lo largo del tiempo, este delicioso antojito ha adoptado diferentes combinaciones, algunas varían dependiendo de la ubicación geográfica. Pueden ser de carnitas, carne asada, pollo, barbacoa, birria, mariscos, entre otros guisos. ¡Todos riquísimos!
Además de tener un costo accesible para la mayoría de la población, cuenta con nutrientes básicos para el organismo. ¿Qué mejor, no?
No cabe duda que el taco es un regalo de México para el mundo. ¿Cuáles son tus favoritos? ¡Compártenos tu respuesta en nuestras redes sociales @méxicoacolor!
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